. . . ¡Ayer¡¡
mientras circulaba por la vereda que lleva al desasosiego;
miré!!! Tu silueta florecida como el candor de mil ilusiones.
Te miré sonreír, escuché sollozar; y
sólo acerté llevarte en mi mente,
pegado cual retrato en marcado por el flash
del incandescente Sol que me alumbraba.
miré!!! Tu silueta florecida como el candor de mil ilusiones.
Te miré sonreír, escuché sollozar; y
sólo acerté llevarte en mi mente,
pegado cual retrato en marcado por el flash
del incandescente Sol que me alumbraba.
Hoy te miro
tarde y noches a partir del meridiano
que separa los caminos de un día y la noche.
que separa los caminos de un día y la noche.
Y guardo los
recuerdos que al correr bajo tu sombra,
gota a gota derramabas cuales lagrimas una a una de tus flores al caer me susurraban.
---- me dijiste que ibas a volver ---
él corazón resaltaba y el latir azotaba mis sentidos;
hasta llegar la noche silenciosa que cobijaba mis pesares,
en espera del retorno del nuevo día, mis ojos entristecían
pues al ras del suelo mil amores se esparcían
y el tomarte del regazo de la madre
de la cual tu llegaste
y en visita del actuario un mar de flores compartías.
gota a gota derramabas cuales lagrimas una a una de tus flores al caer me susurraban.
---- me dijiste que ibas a volver ---
él corazón resaltaba y el latir azotaba mis sentidos;
hasta llegar la noche silenciosa que cobijaba mis pesares,
en espera del retorno del nuevo día, mis ojos entristecían
pues al ras del suelo mil amores se esparcían
y el tomarte del regazo de la madre
de la cual tu llegaste
y en visita del actuario un mar de flores compartías.
¡Nunca he
visto mejor belleza!
Que callado lo tenías;
desde el tallo hasta lo profundo,
desde el cielo tu mirada me seguía,
hoy concursas con elegancia,
con mil flores de empatarías,
dios bendiga esos colores,
que cada años compartes.
Ere alta y espigada
de cintura muy ungida,
de color enternecido
pero frágil al vendaval.
No te olvides te lo pido
de aquel momento de alegría
cuando triste caminaba
por el camino florido
que tú y las demás ninfas sonreían.
Apartaos de mis recuerdos
pues invernaré al no verte
y solo espero tu regreso.
Cómo tú lo prometiste.
Cual dulce primavera?
Yo y mi alma sucumbiremos al amor.
Que callado lo tenías;
desde el tallo hasta lo profundo,
desde el cielo tu mirada me seguía,
hoy concursas con elegancia,
con mil flores de empatarías,
dios bendiga esos colores,
que cada años compartes.
Ere alta y espigada
de cintura muy ungida,
de color enternecido
pero frágil al vendaval.
No te olvides te lo pido
de aquel momento de alegría
cuando triste caminaba
por el camino florido
que tú y las demás ninfas sonreían.
Apartaos de mis recuerdos
pues invernaré al no verte
y solo espero tu regreso.
Cómo tú lo prometiste.
Cual dulce primavera?
Yo y mi alma sucumbiremos al amor.