sábado, 30 de abril de 2016

. . . ¡¡ME DIJISTE QUE IBAS A VOLVER!!


. . . ¡Ayer¡¡  mientras circulaba  por la vereda que lleva al desasosiego; 
 miré!!! Tu silueta florecida como el candor de mil ilusiones. 
Te miré sonreír,  escuché sollozar; y 
sólo acerté llevarte en mi mente, 
pegado cual retrato en marcado por el flash  
del  incandescente Sol  que me alumbraba.

Hoy te miro tarde y noches a partir del meridiano
que separa los caminos de un día y la noche.
Y guardo los recuerdos que al correr bajo tu sombra,
 gota a gota  derramabas cuales lagrimas una a una de tus flores al caer me susurraban.
 ----  me dijiste que ibas a volver --- 
 él corazón resaltaba y el latir azotaba mis sentidos;
hasta llegar la noche silenciosa que cobijaba mis pesares, 
en espera del retorno del nuevo día, mis ojos  entristecían 
pues al ras del suelo mil amores se esparcían 
y el tomarte  del regazo de la madre 
de la cual tu llegaste 
y en visita del actuario un mar de flores compartías.





















¡Nunca he visto mejor belleza! 
Que callado lo tenías;
desde el tallo hasta lo profundo,  
desde el cielo tu mirada me seguía, 
hoy concursas con elegancia, 
con mil flores de empatarías, 
dios bendiga esos colores, 
que cada años compartes.

 Ere alta y espigada 
de cintura muy ungida, 
de color enternecido 
pero frágil al vendaval.  

No te olvides te lo pido
de aquel momento de alegría 
cuando triste caminaba
 por el camino florido 
que tú y las demás ninfas  sonreían. 

Apartaos de mis recuerdos
 pues  invernaré al no verte 
y solo espero tu regreso. 

Cómo tú lo prometiste.
 Cual dulce primavera?
 Yo y mi alma sucumbiremos al amor.